Tiene más sentido que exista dios a que no exista
Metafísica
En las dos entradas anteriores he explorado la existencia de un dios de forma comparativa. En la primera empecé por estudiar la creación suponiendo que no existía ningún dios. Había tres grandes problemas –la materia, la vida y el hombre– para los que no hay explicación en estos momentos y fundadas dudas que pueda existir alguna nunca. Pero si introducimos el concepto de un dios creador, tenemos una explicación a las tres cosas. Además, la existencia de dios añade trascendencia a la materia, a la vida y al hombre. Mirando la creación tiene más sentido que exista un dios a que no exista.
En la segunda entrada estudié la cuestión de los milagros. Consideramos que los milagros eran hechos que no hay duda que acaecieron y para los que no hay explicación natural. Mostré como para este tipo de milagros no hay explicación natural alguna, ni actual ni futura. O para ser más preciso, la única explicación natural es que la naturaleza no sigue ley alguna y es por lo tanto incomprensible. Tiene mucho más sentido considerar que existe un dios que utiliza los milagros como signos de su existencia a considerar que no existe y la naturaleza es incomprensible.
Pero además de estos caminos comparativos, en el que se da más valor a una explicación que a otra, hay una manera deductiva para llegar a la existencia de dios. Es decir, podemos razonar que debe existir un dios. Para ello hemos de usar la metafísica. Como indica la misma palabra, la metafísica es el área de estudio de aquello que está más allá de la naturaleza (mas allá de lo físico) y entre otras cosas estudia la existencia (o inexistencia) de dios. Y de esto va a tratar esta entrada.
La metafísica es muy abstracta y los razonamientos metafísicos no son simples ni evidentes. No es mi intención dar un razonamiento riguroso y detallado de la existencia de dios, pues eso necesitaría de un libro, como Five proofs of the existence of God, de Edward Feser. Es más bien mostrar que existen estos tipos de razonamientos, la forma que tienen y lo que se puede deducir de ellos. Mis razonamientos van a ser simplistas y con algunas pequeñas trampas. Así los puedo hacer breves y comprensibles. El que quiera ver el razonamiento completo, que vaya al libro que he recomendado u otros que haya sobre el tema.
Dios no es material
Mi primer razonamiento no es para demostrar la existencia de dios, sino una característica fundamental que debe tener. Y nos servirá, además, para mostrar tipos de razonamiento que no pueden usarse cuando tratamos de dios. Empecemos.
¿Qué es dios?¿Cuando hablamos de “dios”, a qué nos referimos? Una definición de dios que nos es útil es decir que dios es un ser que no necesita de ningún otro ser para existir (“ser” no se refiere sólo a un ser vivo, sino a cualquier cosa que existe; una piedra, un río, un átomo). Nosotros hemos necesitado de nuestros padres para ser concebidos y ahora necesitamos de agua, aire y alimento para permanecer vivos. Más fundamentalmente, necesitamos de los átomos que nos constituyen. Dios no puede depender de otros seres, pues si fuera así, podría dejar de existir si desaparecieran los seres de los que depende, y si depende de otros para su misma existencia, no sería un dios. En la jerga, se dice que dios es el “ser subsistente”.
Pues si dios no depende de ningún ser, en particular no depende de la materia. De esto se deduce que dios no puede ser material. Debe ser puramente espiritual. Y es más, al no ser material, no depende de las leyes de la materia y en particular no depende del espacio ni del tiempo. Un dios vive fuera del espacio y del tiempo.
Conviene hacer notar que estamos diciendo que un dios no necesita de la materia, del espacio y del tiempo. Pero puede tomar aspecto material y puede entrar en el espacio y el tiempo. Puede hacerlo si es su voluntad, pero no lo necesita. En concreto, el que Jesucristo tomara un cuerpo material y viniera a un espacio y tiempo concretos, no implica que no fuera Dios. Sólo implica que no vino por necesidad, sino porque así lo quiso.
Una consecuencia de esto es que no se puede demostrar la existencia o inexistencia de dios con razonamientos físicos. Por ejemplo el argumento “Nadie ha visto a dios, luego dios no existe” exige un dios material, un dios que se puede ver. No es un razonamiento válido. Muchos razonamientos de científicos suelen ser igualmente inválidos: supongo que un científico material tiene el espacio y el tiempo “metido en los huesos” y no puede desprenderse de ellos ni aunque quisiera. Por ejemplo, hace unos años leí un análisis de un razonamiento de Stephen Hawking de la inexistencia de dios. Algunos de los pasos de su razonamiento implícitamente exigían la existencia del tiempo y por lo tanto era inválido.
Es necesario el uso estricto de razonamientos metafísicos para demostrar la existencia o inexistencia de dios. Eso los hace especialmente difíciles para los no acostumbrados a ellos.
Veamos ahora dos razonamientos metafísicos para la existencia de una deidad.
El motor inmóvil
Este primer argumento proviene de Aristóteles y después fue reescrito por Sto. Tomás de Aquino. Se le conoce por el nombre del motor inmóvil y también como la primera vía de Sto. Tomás. Lo que muestro aquí es una versión reducida y simplificada.
Todos vemos que hay cambios a nuestro alrededor: pasamos de estar sentado a estar de pie; una toalla, que estaba seca, pasa a estar mojada; el cielo que era negro, pasa a ser azul. Pero si nos fijamos, para que algo cambie, debe haber otra cosa que provoca el cambio. Nuestras piernas se estiran y nos ponemos de pie; ha llovido y la toalla se ha mojado; ha salido el sol y el cielo pasa a ser azul. Pero si nos fijamos aún más, esa cosa que ha provocado el cambio a su vez ha cambiado: las piernas han pasado de escogidas a estiradas; ha pasado de no llover a llover; el sol ha salido. Esto significa que algo debe haber provocado ese cambio. Pero ese algo también ha cambiado… y así sucesivamente. Esta cadena de cambios no puede extenderse infinitamente, por lo tanto debe haber algo que inicia esta cadena, que provoca cambios sin cambiar él. A este algo, este motor inmóvil, esta causa primera, es a lo que llamamos dios.
Seguramente esta demostración no te parece muy satisfactoria, e incluso es probable que le hayas encontrado algunos defectos. Esto es porque lo que yo he escrito es una versión muy simplificada. Le he dedicado un párrafo, mientras que el libro de Feser mencionado arriba le dedica 52 páginas explicándolo con todo detalle y refutando las objeciones más conocidas. Aunque mi párrafo no lo sugiera, este es un argumento sólido, que lleva 2300 años sin ser refutado.
Pasemos a otro argumento.
El fundamento del bien
¿Cómo sabemos lo que está bien y lo que está mal, lo que es moral e inmoral? Algunos argumentan que la moral actual es producto de la evolución y la selección natural, como lo es el que tengamos dos ojos. Consideremos la violación, que es algo universalmente aceptado como inmoral. Según esta teoría evolutiva de la moral, las sociedades en que la violación era considerada moral (o al menos ni bueno ni malo) perdieron en la carrera evolutiva: por algún motivo la violación no ayuda a la procreación de la especie y estas sociedades desaparecieron.
Pero eso quiere decir que si las circunstancias cambian y la violación pasa a representar una ventaja evolutiva, entonces la violación se irá convirtiendo en algo moral y deseable. Por ejemplo, digamos que una ciudad en donde hay mucha violación, prospera. Entonces, según esta teoría, la violación se irá viendo como algo deseable. Los violadores de las ciudades de los alrededores se desplazarán a esa ciudad. Y habrá cada vez más mujeres que quieran ir a esa ciudad con el deseo de ser violadas. Esta situación no la considero posible. Incluso la considero repugnante. Pero la visión evolutiva de la moral no es la única.
Otra visión conocida es que la moral es un contrato social: lo que es moral es lo que los ciudadanos decidan que es moral. Esto quiere decir que si un parlamento legítimamente constituido decidiera que la violación era moral, la violación se convierte en moral. Nótese que si consideramos que ese parlamento ha hecho una barbaridad, estamos negando el contrato social como fundamento de la moral. Hemos de considerar que la violación es convierte en algo bueno (o al menos aceptable). Claramente no puede ser así.
Aunque algunas costumbres sociales se rigen por cuestiones ambientales-evolutivas –por ejemplo la edad de los matrimonios– o por contrato social –por qué lado conducimos– no todo puede provenir de estas causas. Como bien argumenta W.M. Briggs en su blog, la moral no puede ser una cuestión científica, sino filosófica y religiosa.
Y esto significa que el fundamento del bien y del mal, de lo que es moral o no, no proviene de los hombres, sino que es algo trascendente: proviene de un ser por encima del hombre. Y a este ser lo llamamos dios.
¿Pero son el mismo dios?
Hemos hablado de dios como ser subsistente, que no necesita de ningún otro para existir; como motor inmóvil, causa primera de los cambios; y como fundamento del bien y de la moral. ¿Nos estamos refiriendo al mismo dios o tenemos tres dioses? No voy a exponer el argumento, pero se puede demostrar metafísicamente que estos son tres atributos del mismo dios. Es decir, que razonando sobre la existencia de dios desde diferentes puntos de partido, llegamos a diferentes facetas de la deidad, pero es de la misma deidad. En una entrada posterior entraré en más detalles sobre por qué tiene más sentido que haya un dios que varios.
Resumen
Si queremos razonar directamente sobre la existencia de dios, hemos de utilizar la metafísica. Es un campo abstracto y al que no estamos acostumbrados, lo que hace que los razonamientos no sean obvios y que necesiten trabajo para entenderlos.
Hemos visto primero que a través de la metafísica podemos darnos cuenta que dios no puede ser material y que debe existir fuera del espacio y del tiempo. Después hemos llegado a la existencia de dios a través de dos caminos. Por un lado, partiendo simplemente del hecho que existe cambio en el mundo, hemos llegado a la conclusión de que debe haber algo que cambie sin ser cambiado, el llamado motor inmóvil o causa primera. Este es un primer atributo de dios.
Por otro lado, partimos del hecho que si el fundamento del bien, de lo moral, parte del hombre, entonces que algo sea moral o no es una cuestión arbitraria, ya sea por un proceso evolutivo o de contrato social. Algo que consideramos absolutamente vil, como es la violación, puede convertirse en aceptable o virtuoso si así conviene evolutivamente o socio-políticamente. Pero internamente sabemos que no es arbitrario, luego debe haber un ser trascendente que sea el fundamento del bien y la moral. Este es otro atributo de dios.
Hemos visto que razonadamente podemos demostrar la existencia de dios. Hemos visto dos caminos, pero existen muchos más. La razón nos dice que dios existe.
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