domingo, 9 de mayo de 2021

Cómo reaccionar ante la generosidad de Dios

Yo tengo un pequeño huerto en “el pueblo” con una veintena de árboles frutales, la mayoría plantadas por mi abuelo. Voy poco, cada 2 o 3 semanas. Hace más de un mes, al abrir la verja, me encontré con una gallina con polluelos. Supuse que se le había escapado al vecino de enfrente, pero no estaba, y hasta hoy no hemos coincidido. Nunca había hablado con él. La conversación ha sido más o menos la siguiente

– Hay una gallina con polluelos en mi huerto. Posiblemente es tuya.

– Sí, a veces se me escapan. Y son difíciles de coger. ¿Te molesta?

– No, en absoluto. Solamente que sepas que están allí y puedes ir a por ellas cuando quieras.

– Te la puedes quedar. Si quieres, te echo otra por encima de la cerca.

– No, no, que no las puedo cuidar.

– Espera un poco. 

Y al cabo de un par de minutos ha aparecido con media docena de huevos.

Este intercambio no es extraordinario, sino que en mi experiencia es muy habitual en el campo: amigos o vecinos, incluso gente con la que apenas tienes trato, generosamente te da de lo que tiene. Esto, en cambio, es extraordinario en la ciudad. ¿Por qué?

Llevo todo el día reflexionando sobre ello y creo que es la aceptación de la generosidad de Dios en la naturaleza. Esto no quiere decir que los campesinos son todos creyentes y fieles cristianos. Pero basta fijarse en el lenguaje. Tú “cuidas” un árbol y el árbol “te da” naranjas. Los animales “crían”, tú, no. Lo polluelos “son” de la gallina, no tuyos. Los economistas hablan de la “producción” de unas tierras, pero no los campesinos. Quizá no lean la Biblia a menudo, pero saben perfectamente que “El cielo nos dará su lluvia y la Tierra nos dará su fruto”. Y cuando ven un árbol con fruto o una vaca con su ternero, se maravillan interiormente de una creación que no es suya, pero de la que comen y viven.

Y creo que es por eso que son generosos con lo que tienen. Pues, aunque quizá no lean la Biblia a menudo, saben perfectamente que “gratis lo recibisteis, dadlo gratis”.