miércoles, 22 de febrero de 2017

Con el Papa

Hoy es la fiesta de la Cátedra de S. Pedro. Y es un buen motivo para hablar de qué es el Papa para un católico. El Papa no es "el presidente" de los católicos. Ni su jefe. El Papa es el sucesor de Pedro. Y a Pedro lo eligió Jesús.  Es una linea sucesoria ininterrumpida de más de 2000 años y sin un sólo agujero (aunque sí con una "linea doble" desde 1378 a 1417 por el Cisma de Occidente). Por lo tanto la misión de todos los Papas no ha sido una misión política, creada a partir de los sentimientos y visiones de los files católicos sino una misión sagrada, creada por Dios. El Papa no responde ante los fieles, ni ante los obispos ni ante los cardenales, sino ante Jesús.

Y el poder del Papa no es ejecutivo. No nos manda. Es un poder sagrado. No puede crear leyes, no puede castigarnos. Puede apartarnos de la comunión de la Iglesia (excomulgarnos) pero no puede hacer que dejemos de ser católicos (los excomulgados no pueden recibir los sacramentos, pero siguen teniendo la gracia del bautismo). El Papa tiene una autoridad que viene de Dios cuando habla de moral y de fe. No podemos no hacerle caso (bueno, sí podemos, pero acabaremos en el infierno). El Papa nos enseña el camino que lleva al cielo.

El Papa no puede inventarse nuevas enseñanzas de moral y fe. El Papa no puede más que seguir el magisterio de la Iglesia, es decir lo que la Iglesia ha estado enseñando ininterrumpidamente desde Jesús y los Apóstoles. No puede contradecir a un Papa anterior. Lo que sí puede hacer es iluminar desde el Magisterio de siempre los nuevos problemas que van surgiendo en el mundo.

Yo puedo no estar de acuerdo con el Papa cuando habla del clima, de inmigración, de economía. Pero cuando habla de moral y de fe, no hay mayor autoridad.

En estos momentos hay feas desavenencias en el seno de la Iglesia, todo a partir de un capítulo de la Encíclica Amoris Laetitia. No quiero discutir aquí si los cardenales están haciendo lo que toca o quién tiene razón o qué pasaría si el Papa contradijera el Magisterio de la Iglesia. Lo que quiero decir es que los católicos no podemos sino estar con el Papa. No es nuestro líder, que podemos defenestrar. Es nuestro Pastor, puesto por Cristo. No hay otra opción que estar con él. Y si no te gusta lo que está haciendo, reza para que Dios le ilumine para que nos guíe hacia Él. Y si te gusta lo que está haciendo, reza, para que Dios le ilumine para que nos guíe hacia Él.

Me puede caer mal, puedo estar en desacuerdo con sus posturas en cuestiones mundanas. Pero estoy con él a muerte, porque es el pastor que Cristo puso para salvarme.