Tiene más sentido que haya un solo dios a que haya varios
En las entradas anteriores hemos explorado la existencia de un dios. Espero haber mostrado que tiene más sentido que exista un dios a que no exista ninguno. Ahora vamos a explorar la cuestión de si hay un solo dios o si puede haber varios. Debo decir que el politeísmo no es algo que haya estudiado. Lo que estoy más familiarizado es con la mitología grecorromana y sus dioses y a partir de ahí he creado mi razonamiento. Para escribir esta entrada he leído algo de otras religiones politeístas, por ejemplo el sintoísmo japonés, y mi razonamiento también es válido para este caso. Pero es posible que haya alguna religión politeísta para los que mis razonamientos no sirvan. Dicho esto, empecemos.
¿Qué es un dios?
La idea de dios que tenemos en el cristianismo –que es esencialmente el mismo que en el judaísmo y similar al musulmán– es un dios creador, todopoderoso, omnisciente. Pero esta no es la visión que tenían los griegos. No creo que haya ningún dios griego que se considere creador del mundo; unos dioses no podían oponerse directamente a lo decidido por otros; Zeus fue a menudo infiel a su mujer Hera y ella, si se enteró, fue a posteriori. Incluso pueden crearse dioses: Hércules empezó siendo humano, pero acabó siendo un dios o los emperadores romanos, al convertirse en emperadores se convertían también en dioses.
Los dioses grecorromanos eran inmortales y tenían poderes especiales, pero por lo demás eran muy humanos con sus amores y odios, concupiscencias, venganzas. Yo diría que los dioses griegos son esencialmente lo que ahora llamamos superhéroes. Y naturalmente, puede haber multitud de superhéroes. Cada uno tiene su área de influencia o especialidad: Poseidón, el dios de los mares; Artemisa, la dios de la caza; Afrodita, la diosa de la belleza y el amor.
El sintoísmo tiene un carácter diferente, pero su esencia no es muy diferente: los dioses son seres espirituales superiores, como los dioses del bosque o de los cielos.
Si un dios es simplemente algo que trasciende a la experiencia terrena o al control del hombre, y no se le asignan capacidades como el ser creador o todopoderoso, podemos tener varios dioses. Pero la idea de dios a la que hemos llegado en las entradas anteriores es la de un dios creador, todopoderoso, omnisciente, fuente de la justicia y la bondad. Y un dios así tiene que ser único.
Por ejemplo, la única manera que hubiera dos dioses todopoderosos es que estuvieran siempre absolutamente de acuerdo en todo lo que hacen. Y lo mismo pasaría con la idea de dios fuente de la justicia: tiene que tener ambos siempre exactamente el mismo concepto de lo que es justo. Es decir, tendrían que ser absolutamente idénticos. Y eso quiere decir que son un sólo dios.
Alguno podría decir “¡Un momento! Que sean idénticos en todo no quiere decir que sean únicos. Por ejemplo, yo puedo tener dos monedas que sean absolutamente idénticas: mismo peso, tamaño, forma, color, etc.” La respuesta es que esas dos monedas tienen el mismo aspecto y medidas, pero no son completamente idénticas: hay cosas que las diferencian. Por ejemplo, una de ellas está formada por unos átomos, y la otra, por unos átomos diferentes. O una está en tu mano izquierda, y la otra en tu mano derecha. O puedo hacer una marca en una sin marcar la otra. No son idénticas en todo.
Pero los dioses no son materiales, no son físicamente distintos. Son pura esencia y esta esencia debe ser idéntica en todo, luego son el mismo dios.
Este razonamiento que he presentado de la existencia de un solo dios es la base del argumento metafísico de que dios es único. Como vimos, por argumentos metafísicos se puede llegar a la conclusión de que existe un dios. Por argumentos metafísicos que no expliqué se puede deducir que este dios debe ser todopoderoso, omnisciente, fuente de la justicia, etc. Y por argumentos metafísicos se deduce que este dios debe ser único.
Luego, dado nuestro concepto de dios, tiene más sentido que haya un sólo dios a que haya varios.
¿Y la Santísima Trinidad?
¿Cuántos dioses tenemos los cristianos? La doctrina dice que es un solo Dios, pero que tiene tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pero hay muchos que, muy comprensiblemente, consideran que esto es palabrería ininteligible, que o es un dios o son tres pero que no puede ser ambas cosas. Que el cristianismo es politeísta y que lo de las tres personas es una manera chapucera de intentar casar lo incasable.
Yo tampoco entiendo lo que es la Santísima Trinidad. Creo que no lo entiende nadie. Es famosa la historia de S. Agustín, uno de los grandes sabios de la Iglesia universal, que estaba meditando sobre la Santísima Trinidad mientras paseaba por la playa. Allí vio a un niño que iba cogiendo con una concha agua del mar y lo vertía en un hoyo en la arena. El santo preguntó al niño que qué hacía y este le contestó que estaba metiendo toda el agua del mar en el hoyo. “¡Pero eso es imposible!” exclamó. El niño le respondió “Es más posible que entender eso que estás meditando”. Fue entonces que se dio cuenta que el niño era un ángel enviado por Dios.
Como digo, yo tampoco entiendo lo que es la Santísima Trinidad. Creo que a veces lo considero como tres dioses interconectados; otras veces, como tres facetas diferentes de un sólo Dios. Sé que no es ninguna de las dos cosas, pero no sé lo que es. Pero a pesar de que no lo entiendo, lo creo, porque es como Cristo mismo nos lo reveló y como la Iglesia ha desarrollado. Es incomprensible, pero no es contradictorio. El concepto de persona se desarrolló en teología y filosofía precisamente para mostrar que no rompe la lógica el tener un Dios que es “uno y trino”.
Ante esto, se me ocurren dos preguntas:
- ¿El hecho de no entender la esencia misma de Dios, es un impedimento para creer en Él?
- ¿Por qué Cristo mismo nos presentó a Dios así?¿No hubiera bastado dejarlo como en el Antiguo Testamento, un sólo Dios con una sola persona, sin entrar en detalles que no podemos comprender?
Responder a estas preguntas aquí me desviaría del tema de esta entrada y lo dejo para la siguiente entrada.
Conclusión
Aceptando que existe al menos un dios, podemos preguntarnos si es único o no. Esto depende del concepto que tengamos de dios. Si es un “dios superhéroe” del estilo de los dioses griegos, sí que puede haber varios. Pero si es un dios creador, todopoderoso, omnisciente, fuente de la bondad y de la justicia, no es difícil argumentar que sólo puede existir uno: si fueran varios, tendrían que ser idénticos en todo.
El dios que hemos argumentado que existe, el dios al que se llega por argumentos metafísicos, y el dios de las grandes religiones monoteístas es un dios creador, todopoderoso, omnisciente, fuente de la bondad y la justicia. Luego tiene más sentido creer que existe un solo dios a que existan varios.
Aunque el Dios cristiano es uno, tiene tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es imposible entender verdaderamente este concepto de la Santísima Trinidad. No es contrario a la lógica, pero es más de lo que podemos entender. Por eso es una verdad revelada por Dios mismo y no una verdad a la que podamos llegar con nuestros razonamientos. En ciertos aspectos fundamentales, nuestro Dios es incomprensible. En la próxima entrada veremos como eso no impide que creamos en Él.
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