domingo, 15 de marzo de 2020

Crónica: Se suspenden las misas y la Adoración Perpetua

Tengo la mala tendencia a ser injustamente duro en primera instancia. Por eso normalmente escribo y reescribo mis entradas al blog, dejando tiempo entre mi primer borrador y la publicación para eliminar esas frases en las que me dejo llevar más por mi bilis que por la razón, la caridad y la verdad. Estas entradas tituladas “Crónica” van a ser más viscerales y sin tanta revisión. Pido a Dios que me permita ver las injusticias y durezas que no ayudan a nadie  antes de que pasen al papel.
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Ayer salió un nuevo comunicado del Obispado de Mallorca, por la que se suprimen todas las celebraciones litúrgicas.  Por la noche me llamó Sor Concepción, la coordinadora general de la Adoración Perpetua de Mallorca, para decirme que se cerraba la capilla de Adoración Perpetua hasta que pasara esta crisis. Esta noche he llorado. Mi pensamiento lo recoge muy bien un tweet que he visto esta mañana:
Al menos un aspecto positivo: en mi entrada de ayer me quejaba del tono del decreto anterior del obispado, tan secular que parecía un bando.   Este es mucho más religioso, acabado con la oración del Papa. También pide que se mantengan las iglesias abiertas para que los fieles puedan ir a rezar. Al menos eso.

Ayer en misa la iglesia estaba casi vacía. Los católicos que vamos a misa tenemos tanto o más miedo a morir como los ateos. Es decir, no es miedo por nuestras almas, que eso estaría muy bien, sino miedo por nuestros cuerpos. Si fuera miedo por nuestras almas las iglesias estarían llenas y habría cola ante los confesionarios. Pero no, todo el mundo en casa. No confío en Dios, que es mi Padre: confío más en el Gobierno, que no me quiere, y en mí mismo. Prefiero la protección de mi casa que la de la Iglesia. Tristísimo.

Y en cuanto a la Adoración Perpetua, el problema mayor es que los adoradores se han desbandado. Se había estudiado la posibilidad de cerrar la capilla al público, pero mantener la Adoración. Pero me dijo Sor Concepción que el viernes habían fallado 5 personas (realmente 6, pues yo cubrí a una) y que así no se podía mantener la capilla. Cierto que hay muchos adoradores mayores, pero la realidad es que nuestra respuesta ha sido que estamos dispuestos a seguir a Cristo y a estar con Él… mientras no haya ningún peligro. Yo creo que, precisamente por estar con Él en estos momentos de crisis, nos va a dar especial protección.  Los acontecimientos muestran que no confiamos en Dios y en un momento de crisis, en vez de ir a Él, cerramos.

Supongo que la idea de todo el mundo es la de capear el temporal para después volver a la normalidad. Pero a mí no me cesa de venir a la mente la frase del Evangelio “Se os quitará a vosotros y se dará a otros que tengan más merecimientos”. Si esto es una prueba del Señor, estamos suspendiendo y muy lejos del aprobado.


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