Acaba de salir la traducción al español del último libro del Cardenal Sarah, Se hace tarde y anochece. Sólo he leído la introducción, titulada“Por desgracia, Judas Iscariote” y ya me he quedado boquiabierto. Os escribo algunas frases para animaros a comprar el libro y leerlo con detenimiento. Me ha sido difícil elegir sólo unas pocas frases: cada una es una joya, un grito de dolor ante la situación de la Iglesia y, a la vez, un grito de esperanza.
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“La Iglesia vive, al igual que Jesús, el misterio de la flagelación. Su cuerpo está desgarrado. ¿A quién culpar de los golpes? ¡A los mismos que deberían amarla y protegerla! Si, me atrevo a tomar prestadas las palabras del papa Francisco: el misterio de Judas se cierne sobre nuestro tiempo. Los muros de la Iglesia rezuman el misterio de la traición.”
“La crisis que viven el clero, la Iglesia y el mundo es fundamentalmente una crisis espiritual, una crisis de fe. Vivimos el misterio de la iniquidad, el misterio de la traición, el misterio de Judas.”
“Permitidme reflexionar con vosotros sobre la figura de Judas. […] [Judas] se dijo: este Jesús es demasiado exigente, poco eficaz. Judas quiso traer al mundo el Reino de Dios sin dilación, empleando medios humanos y conforme a sus propios planes.[…] Dejó de escuchar a Cristo. Dejó de acompañarlo en esas largas noches de silencio y oración. Se refugió en los asuntos del mundo. Se ocupó de la bolsa, del dinero y del comercio.[…] Y cometió traición.”
“¡Sí, nosotros también hemos cometido traición! Hemos abandonado la oración. Por todas partes se ha filtrado el mal del activismo eficaz. Queremos imitar la estructura de las grandes empresas. Olvidamos que únicamente la oración puede irrigar el corazón de la Iglesia. […] Quien deja de rezar ya ha cometido traición. Está dispuesto a cualquier compromiso con el mundo. Ha tomado el camino de Judas.”
“Los cristianos se estremecen, vacilan, dudan. A ellos va dirigido este libro. Para decirles: ¡no dudéis! ¡ Manteneos firmes en la doctrina! ¡Perseverad en la oración! Este libro pretende reconfortar a los cristianos y a los sacerdotes fieles.”
“El diablo intenta hacernos dudar de la Iglesia. Quiere que la veamos como una estructura humana en crisis. Pero la Iglesia es mucho más que eso: es la prolongación de Cristo. El diablo nos insta a la división y al cisma. Quiere hacernos creer que la Iglesia ha cometido traición. Pero la Iglesia no traiciona ¡La Iglesia, llena de pecadores, está libre de pecado!”
“¿Qué hacer entonces? No se trata de organizarse y de aplicar estrategias. ¿Alguien cree que seremos capaces de mejorar las cosas nosotros solos? Eso sería como retomar la letal pretensión de Judas.”
“Sin la unión con Dios, cualquier iniciativa para el fortalecimiento de la Iglesia y de la fe será inútil. Sin oración seremos como un golpear de platillos. Descenderemos al nivel de los animadores mediáticos que hacen mucho ruido pero solo agitan el aire. La oración tiene que convertirse en nuestra respiración más íntima.”
“Si no recuperamos el sentido de las largas y pausadas vigilias junto al Señor, lo traicionaremos.[…] Los sacerdotes en particular deben poseer necesariamente un alma de oración. Sin ella, la labor social más eficaz se convertiría en inútil y nociva.”
“Desearía que mis hermanos obispos no olvidaran nunca sus graves obligaciones. Amigos míos, ¿queréis reedificar la Iglesia? ¡Arrodillaos! ¡Ese es el único medio! Si actuáis de otra manera, lo que hagáis no será de Dios.”
“No hay por qué inventar ni construir la unidad de la Iglesia. La fuente de nuestra unidad está por encima de nosotros y nos ha sido dada. Es la Revelación que recibimos. Si cada uno defiende su propia opinión, sus ideas novedosas, entonces la división se extenderá por todas partes. Me duele ver a tantos pastores que rebajan la doctrina católica y crean división entre los fieles. Al pueblo cristiano le debemos una enseñanza clara, sólida y estable.”
“Los que proclaman estrepitosamente el cambio y la ruptura son falsos profetas. No buscan el bien del rebaño.[…] Querer lograr la popularidad mediática al precio de la verdad equivale a hacer la obra de Judas.”
“El Papa es el portador del misterio de Simón-Pedro […] El misterio de Pedro es un misterio de fe. Jesús ha querido confiar su Iglesia a un hombre. Para que no lo olvidáramos, dejó que ese hombre le traicionara tres veces a la vista de todos antes de entregarle las llaves de la Iglesia. Sabemos que la barca de la Iglesia no se le confía a un hombre porque tenga unas aptitudes extraordinarias. No obstante, creemos que ese hombre estará siempre asistido por el Divino Pastor para que la regla de la fe se mantenga firme.”
“Amigos míos, vuestros pastores están llenos de defectos y de imperfecciones. Pero despreciándolos no construiréis la unidad de la Iglesia.”
“Si pensáis que vuestros sacerdotes y vuestros obispos no son santos, sedlo vosotros por ellos. ¡Haced penitencia, ayunad en reparación de sus faltas y de su cobardía. Solo así podremos llevar sobre nosotros las carga de los otros.”
“A cuantos se sienten tentados por la traición, la disensión, la manipulación, el Señor vuelve a dirigirles estas palabras: «¿Por qué me persigues?[…] Yo soy Jesús, a quien tú persigues.» (Hch 9, 4-5)”
“Ve, repara [la Iglesia] con tu fe, con tu esperanza y tu caridad. Ve y repara con tu oración y con tu fidelidad. Gracias a ti, mi Iglesia volverá a ser mi casa.”
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